jueves, 3 de octubre de 2013

Lampedusa


La pequeña isla de Lampedusa, de tan sólo 20 km², se encuentra situada geográficamente en el Mar Mediterráneo africano dentro del Archipiélago de las Pelagias, aunque administrativamente pertenece a Italia . Dista a 205 kilómetros de la también isla italiana de Sicilia y a 113 kilómetros de Túnez.

Lampedusa cuenta con una población cercana a los 6.000 habitantes y su punto más elevado es tan sólo de 133 metros sobre el nivel del mar.

Lampedusa es mundialmente conocida, no por sus paisajes, historia o lugar de turismo, sino por ser uno de los principales puntos de entrada de inmigrantes desde el norte de África hacia Europa.

Un día sí y otro también, los medios de comunicación se hacen eco de las avalanchas de inmigrantes que llegan o mueren en las costas de Lampedusa.




La cifra de hoy, duele. Una barcaza con 500 personas a bordo procedente de Libia ha naufragado frente a las bonitas playas de Lampedusa debido a un incendio en la embarcación. En estos momentos se contabilizan 200 muertos y más de 200  desaparecidos.

Las palabras de Giusi Nicolini, alcaldesa de Lampedusa, estremecen:

"No sabemos dónde meter a los vivos y a los muertos".

Desde 1990 hasta principios de este año, 8.000 personas han muerto al cruzar el Canal de Sicilia.

Lampedusa es pequeña. Lampedusa es un cementerio.




"Cuando llegó al cementerio (de Lampedusa) deambuló un poco, y luego tomó la dirección de una alameda que parecía abandonada. Cuando llegó al extremo se detuvo. El día despuntaba poco a poco. Todo estaba extrañamente tranquilo. Se hallaba frente a un pequeño grupo de estelas muy juntas. Eran unos pequeños montículos de tierra, rematados por unas cruces de madera plantadas de forma un tanto oblicua. Las cruces no tenían inscrito ningún nombre, sólo una fecha. Pertenecían a los primeros inmigrantes. Al principio, los habitantes de Lampedusa habían visto estupefactos cómo llegaban aquellas embarcaciones de miseria. El mar les traía regularmente cuerpos muertos, y eso los conmocionó. Aquellos hombres cuyos nombres, países e historia no conocían, encallaban en sus playas y sus cadáveres no podían ser devueltos a sus madres. El cura de Lampedusa decidió sepultarlos como habría hecho con sus feligreses. Sabía que probablemente eran musulmanes, pero de todas formas plantó cruces, porque no sabía hacer otra cosa. O acaso porque a quien los encomendaba era a su Dios. Los primeros inmigrantes de Lampedusa recibieron sepultura en el cementerio municipal. (...) Pero, a medida que transcurrieron los meses, fueron llegando cada vez más cuerpos. El cementerio se quedó pequeño y los lugareños se cansaron".

Extracto del libro "Eldorado" de Larent Gaudé.


1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

Se nos debería caer la cara de vergüenza a todos.

Estoy horrorizado.